No he podido llorar. No es que no quiera, deveras, solo no le he podido llorar. Es que no me siento en luto, ¿eso está mal? Porque la vida dura lo que tiene que durar y ya, y no se le llora a la belleza. Se le celebra.
Celebro entonces lo que me diste, Juan Pablo. Lo que nos dimos. Te amé como a nadie... y Octubre siempre será para nosotros.
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