viernes, 28 de mayo de 2010

Entre azul y buenas noches

Qué terrible es este sueño.
Cae sobre mis párpados y éstos solo quieren ceder.
Pestaña no caigas, sostente, no me hagas parecer una loca.
No, otra más. ¿Y yo qué? si no quiero dormir...
¿quién entonces rige sobre ustedes sino yo?...
¡Basta ya!

Me desvanezco... no quiero.
Espera...

Es que tengo algo muy importante que hacer aun.
No puede espe... esperar... Un bostezo. Lo que faltaba.

Qué terrible este sueño.

Debo verlo un instante más.
Por favor.
No quiero perderme uno solo de sus gestos.
Sueño... sueño... pesadez.

Está bien.
Con la única condición de que mañana, al despertar, él siga aquí a mi lado.

Ahora... duermo.


María Fernanda Salazar Romero

viernes, 21 de mayo de 2010

Haches y Johnny Cash


“No hubiera encontrado mejor momento… Si no es ahora, qué sentido tendría el tiempo”
Me confieso arpía, una charlatana ideática, obsesiva; sin tiempo, con mucho tiempo. Ansío a la ansiedad misma por ser tan libre y hacer con las voluntades de quienes la miran lo que ella quiere. Me alimento cual garrapata de la inspiración ajena, pues no me dreno con facilidad. Soy difícil. Soy (no estoy) apátrida, desposeída, desahuciada… siendo entonces mi único hogar el Universo.
Entonces decido que lo mejor no es huir, sino andar por aquí, por allá. De un lado a otro, como sonámbula conciente, como queriendo engañarme. Justifico ahora mi indecisión porque, además, soy indecisa. Y tan pocas veces he hablado de mí como del mundo, como de todo lo que aflige a la masa y de todo lo que nos falta por joder.
Estoy adolorida: los ojos de ver, los oídos de escuchar. Falta mucho, falta todo y yo aquí. No hago nada y no soy útil. Nadie lo es. Quiero ser un frijolito, semilla. Crecer sin pensar. Enredarme, crear, dar vida y no quitarla.
Me mezclaré con un alguien. Con muchos alguien. Y trataré de entender, que es lo único que me queda. Después de todo, estoy muriendo.
María Fernanda Salazar Romero