Cae sobre mis párpados y éstos solo quieren ceder.
Pestaña no caigas, sostente, no me hagas parecer una loca.
No, otra más. ¿Y yo qué? si no quiero dormir...
¿quién entonces rige sobre ustedes sino yo?...
¡Basta ya!
Me desvanezco... no quiero.
Espera...
Es que tengo algo muy importante que hacer aun.
No puede espe... esperar... Un bostezo. Lo que faltaba.
Qué terrible este sueño.
Debo verlo un instante más.
Por favor.
No quiero perderme uno solo de sus gestos.
Sueño... sueño... pesadez.
Está bien.
Con la única condición de que mañana, al despertar, él siga aquí a mi lado.
Ahora... duermo.
María Fernanda Salazar Romero
No hay comentarios:
Publicar un comentario