
Y afuera de la carpa de tu circo de animales invisibles espero al cirquero, al que va de pueblo en pueblo encantando hippies y niños intelectuales y hippies y piedras y pasto y mantas de colores. Al que vive entre café y tabaco, entre tabaco y sin mi. ¡Oh! tan sin mi y yo queriéndote tanto.
María Fernanda Salazar Romero